martes, 17 de septiembre de 2013

Mi Debilidad

No sé ni por dónde empezar... quizá esto sea incluso más difícil de lo que pensé. Esa extraña sensación que me invade cada vez que estás cerca o te nombran es cruel porque de pronto se ceba más conmigo.

Hay veces que cuesta reconocer ciertas cosas y aquellas referidas al amor puede que sean las que una persona tarda más en querer darse cuenta. Empezar a sentir ese 'algo' por un amigo asusta. Al principio no te das cuenta, se sigue con el día a día, quedas con tus amigos, sigues riéndote con esa persona, pero entonces caes en la cuenta de que no te ríes de la misma manera, de que no le miras igual y de que quieres que esté continuamente a tu lado, conversando, nada más, solo quieres sentirle a tu lado. Te gusta pasar tiempo con él. Y ya está, te paras a pensar y ya no tiene remedio, te has enamorado lenta y tontamente, aunque le sigas dando vueltas, aunque en tu cabeza digas NO, el corazón manda por encima de la razón. Así que el Corazón le gana la batalla a la Razón.

Como una herida en el corazón que no duele. Y callar. Intentar disimular, aunque es difícil porque para disimular tengo que estar lejos de ti, unos metros más allá, no cruzar mirada contigo, ni palabra. Hacer como si no existes. Tú ahí y yo aquí. Entonces te acercas y me preguntas que si me ocurre algo, que me notas cayada y con la mirada perdida. Y yo te contesto que no, que no me pasa nada, pero en realidad me muero de ganas por dentro de gritarte a los cuatro vientos todo lo que se me pasa por la cabeza en ese momento.

Detesto ese continuo pensamiento que taladra mi cabeza cada vez que recuerdo cuando dijiste que ella era la que más te gustaba. Y ahí comienzan mis dudas. Me muero por dentro cuando me siento a tu lado y me dices 'tenemos que hablar'. Ya sé que no es sobre nosotros, es sobre ella. Te desahogas conmigo, muy bien soy tu amiga, debo escucharte, pero muy en el fondo de mi corazón estoy deseando que cada vez que escucho de tu boca dirigir esa frase contra mi no sea para hablar sobre ella, sino sobre nosotros. Sé que hay algo especial entre nosotros, lo sé yo y lo sabes tú, pero habrá que esperar el momento. Paciencia me digo y entonces me sorprendo pensando tus preciosos ojos.

Quizá el reflejo de tus verdes ojos me guíe el camino hacia ti. Quizá tus ojos sean mi puta debilidad, los culpables de que te piense continuamente. En ese caso maldigo mi suerte por haber echo que alguna vez me fijara en ellos. Solo le pido al cielo un deseo, que en tus ojos yo pueda vivir porque ahora si que yo no puedo vivir sin ellos. Tus ojos mi puta debilidad...